jueves, 28 de diciembre de 2017

Los míos

Cuando una puerta se cierra, otra se abre. No hay oscuridad, sin luz. No hay invierno, sin verano. Todo lo que separa, une. 

Y es que la palabra familia puede englobar demasiada gente, pero es suficiente con tener a los míos. Y los míos son solo tres personitas. La mujer más increíble que el mundo me ha puesto delante para que vea lo que significa darlo todo por la gente a la que quieres. El hombre más cabezota al que nadie es capaz de enseñarle lo que significa rendirse. Y un ejemplazo de persona que con una mirada te enseña qué es tener pasión y lo que significa vivir con actitud.

Y luego ya en familia se puede añadir al tio sordo, la tia que con una copa de vino ya va borracha, la prima modelo y la prima livin' la vida, el abuelo cascarrabias, la tia solitaria, el primo ex-rastas y la prima fiestas, el nuevo tio y un largo etc en el que queda fuera el rencor. Porque la familia, al fin y al cabo, siempre será familia. Pero los míos, son los míos sin tener que poner asteriscos.


Santa Claus is coming to town

It's xmas time. 

Llegó la navidad y con ella los románticos y los infelices. La realidad es, que la navidad, sea como sea, saca a la luz los sentimientos, buenos y malos. 

La navidad es amor, cuando reúne a familias numerosas que por fin consiguen hacerse una foto todos juntos. Cuando reúne a pequeñas familias que durante el año están separadas por miles de kilómetros. Cuando las parejas tienen una excusa para pasarse las tardes bebiendo chocolate caliente y viendo pelis acurrucados bajo la manta. Cuando los amigos hacen cena para sentirlos como familia. Cuando ves la mirada inocente de tu nieto abriendo los regalos. Cuando etc.

Esa es la navidad de peli. Y existe. Pero la vida no es siempre una peli.

La navidad puede ser soledad, odio, miedo, rencor, hipocresía, dolor. 

Todo el mundo habla de lo duro que es cuando te rompen el corazón. Superar ese dolor a la soledad, al desamor. El único consuelo es que tienes que darte cuenta de los que tienes a tu alrededor, apoyarte en los que nunca te van a fallar, la familia. Pero ¿y si te fallan? Nadie habla de lo duro que es que tu familia te dé la espalda, que te abandone hasta el punto de no importarles si vives o mueres. Que después de años sin verte, les importe más un bingo que tú. No poder sentirte cómodo ni en la que fue tu casa es triste, pero más triste es que los que de verdad comparten tu sangre se vendan.

Y es que hay navidades que unen, y navidades que separan.

LOST

Dicen que he perdido peso. Los exámenes es la excusa más típica e infalible, pero ya con 22 si de verdad alguien me conociera sabría que ha...